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sábado, 8 de marzo de 2014

entr # 11 Mujer Espírita

(Mensaje recibido por Divaldo P. Franco, dictado por Amalia Domingo Soler)




El valor de las mujeres a lo largo de la historia es de gran naturaleza. Aunque en un principio era subvalorada, en nuestros tiempos actuales, las mujeres tienen fuerzas que asombran a los hombres. Ellas cargan niños, penas y cosas pesadas, sin embargo, tienen espacio para la felicidad, el amor y la alegría. Ellas sonríen cuando quieren gritar, cantan cuando quieren llorar, lloran cuando están contentas y ríen cuando están nerviosas.
Muchas virtudes han sido relacionadas a la bella experiencia de ser mujer; entre ellas, la ternura, la dedicación, su sensibilidad, la bondad y una de los más grandes regalos que puede dar Dios, la oportunidad de generar una nueva vida que es la bendición de contribuir a la providencia divina en la creación.
Sin duda también hemos visto que estas grandes virtudes que tenia la mujer, en algunas ha sido relegada por nuevos intereses como el trabajo, el consumismo, el sensualismo, orgullo y egoísmo; y por esto el concepto también de la mujer toma nuevas conceptos, propios de las experiencias y tiempo que la humanidad vive por estos días ; pero a pesar de esto aun se puede ver que algunas o muchas mujeres siguen siendo ejemplo de una belleza inigualable no solo la belleza física, sino la belleza espiritual o del alma, la que siempre la hará brillar en donde este.


Y que podemos decir de la mujer espirita, que tiene aun más responsabilidad de acercarse a esas virtudes y a la espiritualidad superior. La mujer espirita debe ser aun mas ejemplo de bondad, la mujer espirita es aun mas cercana a la verdadera felicidad y brinda alegría por donde quiera que este, y esa sensibilidad de la cual ha sido beneficiada permite una ayuda a los necesitados que va mas allá de la ayuda material porque su bondad permite la sintonía a la ayuda espiritual y moral de los mas necesitados.
“A la mujer espiritista cabe la misión maternal de divulgar la doctrina como si la humanidad naciera en sus entrañas y ella tuviera que conducir todos los seres humanos al abrisco de Jesucristo, el buen pastor. A la mujer espiritista cabe el honor de dignificar la mujer que se hizo de objeto sexual y se olvida de la maternidad triunfante para dejarse consumirse con el aborto trágico y funesto, con los desvaríos del sexo desequilibrado buscando negociar la vida por el momento de ilusión, a vosotras como a todos los seres humanos consientes de la verdad cumple luchar el establecimiento de la gran transición regenerativa facultando al ser que piensa su encuentro con Dios”.

(Mensaje recibido por Divaldo P. Franco, dictado por Amalia Domingo Soler, en la clausura de la 3ª Reunión CEI Sudamérica, Lima-Perú, 11 de octubre de 2008.)


Sigamos fortaleciendo esas virtudes que nos ha dado la providencia divina para seguir siendo ejemplo de dulzura, ternura y alegría, sigamos esparciendo por donde quiera que estemos, el llamado toque femenino de amor y alegría, que muchas veces ha llegado a estar ausente y que varias personas necesitan, para seguir siendo herramientas de bondad y luz divulgando el espiritismo a las personas que tanto necesitan del amor y dulzura propias del ser mujer.

Texto elaborado por la asociación espirita tercera revelación-Bogotá-Colombia.

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